Hoy es el Día del Padre.
Una ocasión especial, sobre todo si trabajas para una empresa con domicilio fiscal en la Comunidad Valenciana o en Murcia, porque hoy tendrás fiesta.
Es un día para pensar y reconocer la importancia del padre en nuestras vidas.
Si el tuyo te ha mostrado su amor desde tu infancia, te ayuda y te desea lo mejor, eres un afortunado (o afortunada). Si además sigue aquí compartiendo el aire contigo, tienes un tesoro. Espero que le llames y te vayas a desayunar, a comer, a cenar o a pasar un rato con él.
Si eres padre, tienes un gran privilegio entre tus manos. La capacidad de entregar amor de manera gratuita y sin reservas al ser que has ayudado a traer al mundo. Que te llamen hoy tus hijos dependerá de si les has tratado con cariño.
Ya he contado alguna vez por aquí que mi padre falleció hace algo más de 6 años. Lo hizo sin aviso previo, así que no pude hacerle una de las preguntas que más tememos hacernos y que más nos rondan: “ahora, en estos momentos antes de que la vida se acabe, ¿de qué te arrepientes?”.
Existen personas que se han encargado de recopilar aquello de lo que nos solemos arrepentir en nuestro lecho de muerte, profesionales que se dedican al sector sanitario y están en contacto con esta etapa vital.
La australiana Bronnie Ware es una de ellas. Su carrera laboral comenzó en el sector financiero, pero acabó harta después de haber invertido allí 10 años de su vida. Decidió dejarlo y buscar un trabajo donde pudiera utilizar su corazón y que no requiriera llevar ropa ajustada ni tacones. Bajo estas premisas, la vida le trajo el oficio de cuidar de personas que necesitaban cuidados paliativos, muchos de ellos en la etapa previa de la muerte. En este trabajo encontró su verdadera vocación y su propósito de vida.
Después de 8 años de acompañamiento decidió poner sus aprendizajes por escrito, convirtiéndose así en escritora de varios best-sellers, conferenciante, compositora y profesora.
Aunque lo explica mucho mejor en su libro, la mayoría de personas que expresaron sus arrepentimientos finales repetían estos cinco aspectos:
1) “Desearía haber tenido la valentía de haber vivido una vida auténtica, no cumplir con lo que otros esperaban de mí”.
Haber vivido una vida más auténtica, en lugar de querer cumplir las expectativas de otros para ser aprobado, querido o aceptado. Estudiar carreras que no te apasionan, sólo por responder a la presión por estudiar; trabajar en algo que detestas; rodearte de gente con quienes que no compartes nada; casarte con quien no te entusiasma y mantener ese matrimonio por años…2) “Desearía no haber trabajado tanto”.
Trabajar demasiado y descuidar a la familia, los amigos o el cuidado personal. Bronnie trató especialmente con hombres que se arrepentían de haberse perdido la infancia de sus hijos y acompañar a su pareja. Dado que las mujeres que entraron al mercado laboral están empezando a llegar a esa etapa, habrán cada vez más que compartan este arrepentimiento.
¿Solución?
Poner límites al trabajo. Ninguna persona en su lecho de muerte desea haber pasado más tiempo en la oficina.3) “Desearía haber tenido el valor de expresar mis sentimientos”.
Tanto agradables como desagradables. Hablar las cosas en el momento, no guardar el resentimiento, perdonar y pedir perdón a tiempo. Un carácter fuerte es aquel que atiende sus sentimientos, no el que los esconde para explotarlos algún día con gritos o somatizaciones.4) “Desearía haber seguido en contacto con mis amigos”.
Cuidar a los amigos, los de verdad. Tengas o no tengas hijos.5) “Desearía haberme permitido ser feliz”.
La felicidad es una elección. Aunque no podemos estar siempre felices, está en nuestra mano prestar atención a lo que nos hace bien. No preocuparse por problemas que en el fondo no lo son tanto, que nos agobian antes de haber sucedido y nos amargan la existencia sin tan siquiera ser reales. Aplicar una visión de conjunto a la vida.
Ahora bien, es mucho más fácil saber de qué te arrepientes una vez has vivido. Dicho de otra forma, como lo dice Anxo Pérez, “el arrepentimiento es juzgar las cosas con información del futuro”.
Todos podemos sentirnos culpables por muchas cosas en la vida, por acciones u omisiones, una vez conocemos sus consecuencias.
Yo por ejemplo me arrepiento de haber estudiado las dos licenciaturas que elegí, pero esto lo sé ahora, después de haberlo hecho y saber que no me gustaron. Ahora sé que hoy me sentiría más satisfecha si hubiera seguido mi vocación en lugar de elegir “lo que me abra más puertas”. Lo sé hoy, no lo sabía entonces.
Me arrepiento de no haber pasado suficiente tiempo con mi padre, sobre todo los últimos años de su vida. Pero esto lo sé ahora. En aquel momento vivía en otra ciudad. Le llamaba casi a diario pero no le visitaba con la frecuencia que hoy me hubiera gustado.
Pero esto lo sé ahora. Todo esto no lo sabía entonces. No me aporta nada castigarme más por estos u otros arrepentimientos. Debo dejar ir la sensación de culpa que me viene a raudales cuando lo pienso.
Como dice Elisabeth Kübler Ross, hay que esforzarse por hacer las paces con todas las lamentaciones que se pueda. Pensar que puede hacerse todo en la vida es algo irreal, como también es irreal pretender ser perfecto y no lamentarse de nada. Hay que perdonarse a uno mismo.
En este día del Padre te invito a reflexionar sobre la vida que deseas vivir. Analízate, observa si sientes que estás haciendo lo que tú deseas, que tienes una vida equilibrada, que estás cuidando tu salud y tus relaciones, que expresas tus emociones desde el respeto y el cariño, y que te permites ser feliz.
Y por favor, si puedes, si sientes que ha hecho por ti lo que ha sabido hacer y lo que ha podido, por favor, hazlo, llama a tu padre.
Que reflexión más valiosa acerca de lo realmente importante de la vida . Pasar tiempo de calidad con nuestro padre. A edad temprana no solemos tenerlo en cuenta ya que vivimos pensando que la muerte nunca llegará . Sin embargo en la mediana edad ya tenemos la capacidad de darnos cuenta si queremos . En cualquier caso el arrepentimiento nos tiene que alentar para aprender a realizar mejor las cosas, pero no a condenarnos por aquello que pasó. Da mucho que pensar este post y es un regalo 💝