Llevo toda la semana dándole vueltas a una charla que escuché el miércoles.
Es esta de aquí.
Se trata de una conversación entre Gonzalo Rodríguez-Fraile y Ricardo Forcano, guiada por el host del programa, Ion Cuervas-Mons.
Intercambio Iónico, un podcast que te recomiendo en general, suele tener episodios muy interesantes sobre IA, tecnología y humanismo.
En el episodio que me ha dejado en vela tantos días, Gonzalo y Ricardo hablan sobre realidad, consciencia y física cuántica. Abordan la idea de que nuestra consciencia no viene del cerebro (materia), sino que la materia deriva de la consciencia.
Es decir, una charla entre dos investigadores que exploran a través de la física cuántica, la idea de que somos un alma, no un cuerpo.
El cuerpo es lo que percibimos como real, pero no es la realidad, sino lo que nuestros sentidos son capaces de percibir. La mesa que tienes delante, el móvil que agarras con la mano, o tu propia mano son ondas que se mueven más lento que otras y por eso puedes sentirlas con tus cinco sentidos.
Los pensamientos por ejemplo, serían parte de una realidad que tiene una frecuencia diferente, por eso no los puedes ver ni oír, pero sabes que están ahí. Los sientes, te influyen, pero no puedes verlos. Y sin embargo, están.
Hablaban de que el Universo no está fragmentado, sino que es un sistema unitario que integra todas las partes, y en el que todo está interconectado. Además, según explica, el Universo posee inteligencia e intención propias. El ser humano no consiste en un cuerpo y una mente que además tiene un alma, sino en un alma que posee un cuerpo y una mente temporales para poder experimentar y evolucionar en el mundo material.
Durante el episodio conversan sobre la física cuántica y explican que está apoyando la creencia espiritual con sus investigaciones, abriendo la mente de científicos y estudiosos del tema, a lo que los místicos de diferentes religiones siempre nos han dicho.
En fin, el tema tiene su complejidad y yo no soy capaz de contártelo todo sin perder detalles importantes, así que si te despierta un mínimo interés, te recomiendo que lo escuches cuando tengas la mente libre. Es aquí.
Otra cuestión que me pareció interesante en esa conversación es la vida de uno de los participantes.
Gonzalo Rodríguez-Fraile es una de esas personas que han nacido con una mente privilegiada. No porque sea muy inteligente (que sin duda), sino porque desde siempre ha demostrado estar muy enfocado en sus deseos y ha confiado en sí mismo.
Nació en una familia de padres empresarios, a los que les iba muy bien hasta su adolescencia. En aquel momento, el negocio les tambaleó. Como él estaba en el instituto y le quedaba poco para terminar, decidió adelantar el último curso por si tenía que trabajar y ayudar en casa.
Cuando terminó aquella hazaña, el negocio seguía bien así que pudo entrar en la Universidad de Navarra a estudiar Derecho, con la intención de ser empresario algún día.
Entró con 16 años, ¡porque había adelantado todo un curso durante un verano!
Imagínate la capacidad de foco, decisión y confianza de este joven Gonzalo.
Al entrar en la gran escuela iba con miedo, hasta que un día el profesor de derecho romano le llamó a su despacho. Había oído rumores de que se había aprendido todo su libro antes de empezar las clases y quiso comprobarlo.
Le preguntó qué decía en la página 246, apartado B. Gonzalo pensó un poco y le respondió lo que había en su memoria. El profesor se quedó tan asombrado, que le puso Matrícula de Honor de inmediato y le liberó de tener que asistir a sus clases.
Aquella “pequeña” anécdota permitió que Gonzalo se relajase un poco más y siguiese estudiando desde el disfrute.
Terminó la Universidad con honores a nivel nacional y se fue a Harvard a hacer un MBA, donde también recibió algún que otro premio.
Emprendió, tal como era su sueño, montando varias organizaciones financieras a lo largo de los años, y le fue muy muy bien. Se hizo multimillonario.
Formó su familia bastante joven.
Gozaba de salud (menos cuestiones pequeñas derivadas de la presión y vicisitudes del día a día) y amigos.
Ninguna desgracia ni drama remarcable.
Vamos, que lo tenía todo.
PERO, cuando cumplió 40 se dio cuenta de una cosa.
Tanto él, como aquellos que le rodeaban, habían conseguido todo lo que se supone hay que cumplir en la vida: familia, éxito, dinero, amigos, salud…
El éxito tal como se describe por la sociedad general.
Y, aun así, ni él ni estas personas se sentían felices.
El sentimiento que sentía tanto él como su alrededor, era que faltaba algo en su vida.
Y no lo entendía.
Decidió que a partir de ese momento se dedicaría a investigar más a fondo “eso” que les faltaba. Vendió sus empresas, se puso el traje de investigador y se dedicó a profundizar en materia de física cuántica y espiritualidad tanto oriental como occidental.
Lo lleva haciendo ya más de 10 años y ha hecho de la divulgación de esos hallazgos su propósito vital.
Hoy imparte conferencias sobre el nuevo paradigma de la realidad, ayudando a incrementar el nivel de consciencia a aquellas personas que lo desean bajo un enfoque científico.
Es decir, que ayuda a las personas a ser más felices elevando su nivel de consciencia.
¿No te parece una historia de transformación fascinante?

“El nivel de felicidad de una persona está relacionado directamente con su nivel de consciencia”
Gonzalo Rodríguez-Fraile.
💫 Mi nuevo proyecto
Hoy quiero hablarte de mi nuevo proyecto: una newsletter sobre Estrategia, Comunicación y Experiencia (de cliente y de empleado) para Pymes.
Se llama Detrás de la Marca, porque en ella voy a desgranar los secretos que se esconden detrás de las marcas irresistibles y aterrizarlos en cuestiones prácticas y aplicables en empresas con menor tamaño (y presupuesto).
Por ahora la frecuencia es diaria, aunque no te mentiré, estoy probando qué tal funciona de esta forma y si aporta valor.
Si el tema te interesa lo más mínimo, suscríbete y dame tu opinión en los artículos. Eso me ayudará muchísimo a tratar los temas que más te interesen y atinar el contenido.
*Que por cierto, en esta newsletter también puedes compartir tu opinión, tanto si piensas lo mismo como todo lo contrario 😉
Y hasta aquí.
Gracias por leer Historias Bonitas 💘