Estas semanas pensaba en qué historia bonita podía contarte, pero postergaba la elección en cuanto me invadían la pesadumbre y la aflicción por lo que está todavía sucediendo en Valencia.
¿Qué historia bonita se podría contar estos días?
De entrada parece que ninguna… pero en realidad, hay bastantes.
Nos salía la lagrimita al ver los vídeos de voluntarios ayudando a quitar el barro en pueblos y hogares que desconocían, vecinos que rescataban a personas del agua, niños jugando y repartiendo comida en las calles embarradas, españoles organizándose y llevando todo lo que podían desde distintos puntos del país, bomberos y policías arriesgando sus vidas…
Frente a desastres como este, el pueblo es capaz de sacar lo mejor de sí mismo. (Frente a desastres ideológicos en cambio, sacamos lo peor, pero ese es otro tema).
¿Cómo te has sentido tú al ver la(s) noticia(s)?
Yo lo he llevado con ansiedad y mucho pesar. En los primeros días llegué a desvelarme en la madrugada pensando en lo sucedido y buscando titulares. Podría decir que siento algo de culpa al seguir disfrutando de mi vida cuando a 160km otras personas lo han perdido todo. Literalmente todo.
Sé que no soy la única que se ha sentido así... ¿Por qué será, si se supone que cada vez somos seres más egoístas?
✨ ¿Por qué nos afecta lo que les pase a otros pueblos?
Hay varias teorías que explican nuestra pesadumbre frente al sufrimiento ajeno (más allá de la empatía).
El inconsciente colectivo.
Carl Gustav Jung fue un psiquiatra y psicólogo suizo, clave en la etapa inicial del psicoanálisis. Fundó la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los complejos y psicología profunda.
Desarrolló la teoría de que además del inconsciente personal, existe un inconsciente más profundo compartido por toda la humanidad. Una especie de depósito de memoria y patrones de comportamiento que compartimos todos los seres humanos, independientemente de la zona del mundo y de la época en la que vivamos.
Nuestra conexión emocional con lo que sucede en otros pueblos, culturas o personas "ajenas" surge porque a nivel del inconsciente colectivo, estamos interconectados a través de arquetipos y experiencias compartidas que trascienden las barreras individuales y culturales. Eventos significativos en cualquier lugar del mundo pueden resonar en nosotros, porque en el fondo, todos somos iguales y estamos conectados.
El entrelazamiento cuántico.
Según la física cuántica, todas las partículas están interconectadas a nivel cuántico, y eventos aparentemente separados en el espacio y el tiempo pueden influirse mutuamente.
Si lo extrapolamos a nivel humano y simbólico, podríamos pensar en la humanidad como un campo de conciencia compartida en el que los acontecimientos resuenan a nivel colectivo, afectando a individuos en distintos lugares del mundo. Esta visión plantea que, a nivel profundo, la separación entre "nosotros" y "otros" es menos real de lo que parece.
*Estas dos teorías están entrelazadas porque Jung y Wolfgang Pauli, físico cuántico, colaboraron juntos durante años buscando una teoría que pudiera conectar la física y la psicología. Si bien hay que tener en cuenta que la conexión entre ellas es más bien metafórica y especulativa.
La teoría de la identidad social.
El psicólogo social Henri Tajfel sostiene que las personas se definen a sí mismas en términos de pertenencia a grupos. Esto incluye no solo grupos inmediatos (como familia o amigos) sino también grupos más amplios, como la nacionalidad o incluso la humanidad en su conjunto.
La globalización y el acceso a información internacional han diluido las fronteras, haciendo que algunas personas perciban a otros pueblos y culturas como una extensión de su grupo de pertenencia.
*Aunque esta misma teoría podría explicar que lo que le suceda a algunos grupos sí que nos impacta, pero lo que les suceda a otros, no tanto.
La teoría de la conciencia global.
Desde la psicología humanista, los psicólogos Carl Rogers y Abraham Maslow destacaron que el ser humano tiene una inclinación natural hacia el crecimiento y la autorrealización, lo cual incluye una expansión de la empatía y la conciencia. A medida que las personas desarrollan su potencial, suelen identificar con valores universales, como el respeto y la compasión.
En este sentido, la conciencia global —la idea de que formamos parte de una humanidad interconectada— puede motivar respuestas emocionales a sucesos lejanos, porque sentimos que están relacionados con nuestra búsqueda de sentido y trascendencia.
La teoría del Warm Glow (o "brillo cálido").
El economista James Andreoni, siguiendo la teoría de Adam Smith expuesta en "La riqueza de las naciones", introdujo el concepto al explicar que sentimos satisfacción o bienestar emocional al hacer donaciones o realizar actos altruistas. Según él, no lo hacemos tanto por ayudar a los demás, sino por sentirnos mejor con nosotros mismos.
Otros alegan que ayudamos a otros por una sensación de reciprocidad divina, por si algún día lo mismo les sucede a ellos. Y otros, porque ayudar mejora el estatus social o mejora la opinión de los demás.
Unión frente a la adversidad.
El sociólogo Émile Durkheim fue el primero en identificar esta paradoja: frente a grandes desastres se producen mejoras en la salud mental.
Por ejemplo, Londres sufrió el Blitz, una campaña de graves bombardeos sobre la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial que duró meses. Churchill temía que la sociedad colapsara y prosperase la anarquía, pero se encontró con mayor cohesión social y un deseo fortalecido por parte del pueblo de derrotar al enemigo.
Según esta teoría estamos biológicamente preparados para los desafíos y desastres y en situaciones de estrés agudo buscamos apoyo en los demás y activamos nuestra respuesta de ayuda y colaboración. El caos y la destrucción son terribles, pero despiertan sentimientos profundamente humanos, como la solidaridad y el altruismo.
¿Alguna de ellas tiene sentido para ti?
✨ La cocina como lenguaje y derecho universal
Cada día veía a su abuela preparar la comida. Como en todo hogar asturiano, unos días tocaban fabas con chorizo y morcilla, y otros, escalopes de ternera rellenos con jamón y queso. Su madre, siempre a su lado, la ayudaba pelando patatas o preparando el arroz con leche.
Cuando José Andrés desarrolló la altura suficiente para llegar a la bancada de la cocina se ofreció para ayudarlas. Con 12 años era él quien preparaba la comida para toda la familia.
Tal era su pasión por la cocina que con tan sólo 15 años ingresó en la Escuela de Restauración y Hostelería de Barcelona. Y con 21, emigró a Estados Unidos, donde se convirtió en embajador de la cocina española al importar el concepto de tapas y cocinar basándose en el sabor más tradicional.
Allí fundó varios restaurantes de éxito y, gracias a su creatividad y liderazgo, ganó un gran reconocimiento en el mundo gastronómico. Pero su visión fue más allá de la mera mercadotecnia.
Andrés creía (y cree) firmemente en la importancia de su papel como cocinero y en el poder de la comida como un medio para crear conexiones humanas y mejorar la vida de las personas.
Movido por esa idea, en 2010 viajó hasta Haití para ayudar a los supervivientes del terremoto más mortífero de la historia (316.000 muertos y 350.000 heridos). Allí aprendió que cuando ocurre una crisis la respuesta debe ser rápida y eficaz, y lo primero que se han de cubrir son las necesidades básicas de las personas, que suelen pasar desapercibidas.
Esta experiencia fue para Andrés un catalizador que le impulsó a crear la organización World Central Kitchen (WCK) bajo un lema muy sencillo: cuando hay hambre, manden cocineros. No mañana, hoy.
Desde entonces se desplaza para ayudar junto a su equipo de voluntarios a zonas afectadas por catástrofes como Puerto Rico, Ucrania, ciudades estadounidenses, o como ahora, a Valencia.
Para él, cada plato que se sirve en una emergencia no solo alimenta el cuerpo, sino también el espíritu, brindando esperanza y conexión humana en momentos de dificultad.
Su compromiso humanitario le ha llevado a convertirse en una figura inspiradora para millones de personas, combinando su talento en la cocina con su compasión, y demostrando el poder de transformador de la comida ✨
✨ Cumple 10 años
En octubre Interestellar cumplió 10 años. Si hace tiempo que no la ves, puede ser un buen momento para unas palomitas y una sesión de reflexión cuántica.
✨ Cumpliría 90 años
Una de las mentes más brillantes que vivió en nuestro planeta hasta 1996, habría cumplido 90 años este fin de semana.
“La belleza del cosmos no procede sólo de una unidad en la variedad, sino también de la variedad en la unidad”
Umberto Eco