Lo que encontrarás hoy:
✨ Una reflexión sobre las gafas con las que vemos el mundo.
✨ Una bonita historia personal sobre las decisiones.
✨ Un episodio de podcast recomendado.
✨ Un libro.
✨ Un proverbio sudafricano.
✨ La reflexión… 🧚🏻
Hace unos 10 años me aficioné a nadar en la piscina del gimnasio. Iba casi a diario a hacer mis largos y al salir me sentía absolutamente renovada. Se trataba de mi momento de meditación. Perdí la costumbre al mudarme porque ya me quedaba demasiado lejos.
Este enero retomé la costumbre, aunque no de forma tan asidua como antes, sino acudiendo 2-3 días a la semana… No está mal, ¿no?
Decidí utilizar el mismo equipo que utilizaba hace una década: mismo bañador, mismo gorro y mismas gafas. Los dos primeros permanecían en perfecto estado, pero las lentes… estaban “algo” sucias. A pesar de que las limpié con líquido específico y alcohol, no hubo forma de quitarles bien la roña. Aún así, como no sabía si conseguiría instaurar el hábito -no quería arriesgarme a gastar un dinero en algo que quizá no me hacía falta- decidí empezar con ellas.
Y, a pesar de la suciedad, cumplían su función: me permitían meterme en la piscina, percibir cuando se acercaba alguien con el tiempo suficiente para apartarme y ver la línea de mi calle. Eso sí, veía borroso y no sabía bien si lo que había en la distancia eran las escaleras o una persona apoyada en la pared… pero podía nadar 🙈
Pasados ya casi 2 meses desde que volví e instaurada de nuevo la costumbre, me he atrevido a comprar unas gafas nuevas…
¡Menudo cambio nadar con estas gafas, limpias, grandes y con la goma prieta! Ahora sí puedo ver lo que hay en la piscina, lo que hay delante de mí, por debajo y por los lados. Ahora puedo apartarme con tiempo si se acerca alguien, adelantar o frenar el ritmo, yendo mucho más segura y disfrutando más el momento.
Pues esta pequeña observación me ha ayudado a hacer un click mental muy grande.
Y es que esta actitud que he tomado yo con las gafas, es la misma que adoptamos muchos de nosotros con nuestros pensamientos y creencias.
Vivimos con unas creencias aprendidas -no sabemos ni cuándo, de qué ni de quién-, y las vamos aplicando inconscientemente en cada decisión que tomamos.
Los que un día observan que su creencia les está limitando o entorpeciendo la vida y deciden cambiar ese punto de vista, “se acaban de comprar unas gafas nuevas”.
Miran el mundo con otros ojos, otra visión que les ayude seguramente a conseguir sus objetivos o simplemente, a vivir de la forma que siempre han deseado (y quizá no se veían capaces).
No es que estas personas sean unas afortunadas, sino que han hecho una reflexión previa, han tenido interés en averiguar lo que son, lo que hacen, lo que sienten y por qué, mostrando un interés profundo de enfrentarse al espejo y conocerse.
Cada uno encuentra su forma de hacer esta introspección: rezando, meditando, haciendo deporte, leyendo, viajando, con terapia… No hay sólo una forma y ninguna es excluyente.
Sólo cuando te das cuentas de que tus gafas están sucias, que quizá te han servido en algún momento pero que ahora ya toca cambiarlas, entonces eres capaz de evolucionar. Si no, continuarás para siempre inmerso y estancado en ellas.
✨ La historia bonita personal 💁♀️
Esto es lo que me ha pasado al elegir el Máster* que estoy estudiando ahora. En su día elegí las carreras más ásperas y “que más puertas me abrían” de las que podía acceder -Derecho + Administración y Dirección de Empresas- porque identificaba el trabajo con algo pesado y duro, pero que te permitía comer. Por eso en su día descarté estudiar Periodismo y Publicidad.. ¿eso era “trabajo”?
Ahora, consciente de que esa idea ha guiado mi vida y de que ya no creo más en ella, he podido decidir de otra forma y elegir unos estudios que van mucho más en la línea de algo que me gusta, que disfruto y que no me importa dedicarle todas las horas del día… un Máster en Comunicación Transmedia donde voy aprendido a contar historias a través de diferentes canales y formatos, evolucionándolas y yendo más allá.
Y me siento muy ilusionada, contentísima de haber cambiado mis gafas 🤓
✨ El episodio de podcast recomendado 🎙
Hace unos días escuché un episodio de podcast llamado “La burbuja Terapéutica”, donde Marc Mula entrevista al antiguamente ingeniero, ahora escritor y cineasta, Josep Darnés, quien además es un aficionado a las terapias, la autoayuda y al crecimiento personal.
Me sentí muy identificada con él y estoy de acuerdo con la mayor parte de afirmaciones que hace.
Como habrás podido comprobar si has leído varias newsletters mías, es que los temas relacionados con el crecimiento personal me encantan, pero también algunos puntos de vista o dogmas que en ocasiones se anuncian, me cansan profundamente. Hay muchísima gente hablando de esto, diciendo cosas por aquí y por allá, desde perspectivas diferentes.
Los gurús -a quienes he seguido y en su momento me han ayudado- cada vez me gustan menos. Ya no hay gurús para mí, pero sí personas que tienen reflexiones que me gustan o que me ayudan a evolucionar.
Y, en mi opinión, nadie debe juzgar lo que a otros les funciona, siempre que se respeten los derechos humanos y se cumplan las obligaciones ciudadanas. Porque quien juzga lo creen otros, solamente muestra soberbia y cinismo.
En fin, hay mucho que decir de este tema. Algunas cosas las comentaban aquí o en el libro de Josep que lleva el mismo título.
✨ Un libro 📖.
Hace poco he terminado de leer el último libro de Almudena Grandes. Si bien no he leído todos y no creo que este sea el mejor, me ha gustado mucho su lectura y especialmente, la nota final que escribe su marido (Luis García Montero) -que debió terminar esta obra, porque ella nos dejó antes.
La historia narra otra pandemia, utilizando algunos aprendizajes y experiencias que vivimos aquellos días. A mí me ha enganchado desde el principio.
Pero como te decía, lo más bonito para mí es esa parte final donde su marido muestra la implicación de Almudena con sus obras, con sus lectores y con su propósito de narrar historias, el que cumplió hasta el final de sus días.
✨ Un proverbio sudafricano.
“La oveja pasará toda su vida temiendo al lobo para acabar siendo devorada por su pastor”.
Así que revísalo, ¿tienes limpias tus gafas?
*Under: Mesmerizing Photo Manipulations por Fernando Penhos Zaga