Yo tengo la sensación de que en estos dos últimos años el mundo se está volviendo loco. Los acontecimientos de estos últimos 15 días no hacen más que refutarlo. ¿No crees?
Por un lado, la pandemia, que nos permite seguir trabajando desde casa a algunos, y se ha llevado las vidas de muchos. Por otro, el olor de la pólvora en Europa y la amenaza de una tercera Guerra Mundial. Desde ayer, en el sur de España, una tormenta de arena que mantiene los días rojos, como si estuviéramos en pleno planeta Arrakis del Universo de Dune.
Estamos acomodados a lujos como el cómodo sofá del hogar, un teléfono siempre a la mano, una nevera llena, una despensa rebosante, medios de comunicación para ver vídeos de gente bailando, posibilidades de leer y escribir a placer… nos parece que la enfermedad, la muerte y la guerra son historias de otros años, cuyas trazas sólo aparecen en algunas películas y documentales.
Con el colapso de información de estos días yo no sé cómo sentirme. Me debato entre afortunada por la gran suerte de seguir teniendo todas mis comodidades; abrumada por lo que algunos medios de comunicación insinúan que podría llegar; y aterrada por lo que otras personas están viviendo en países cada vez menos lejos del mío.
Siento miedo, pena, agradecimiento, amor y confusión, un mix de sensaciones metido en una coctelera, mientras la vida sigue, el trabajo no se detiene y hay que seguir produciendo. Al fin y al cabo, la vida es así. Siempre sigue. Estemos o no en ella.
¿Cómo seguir viviendo en un mundo con tantas dualidades? ¿Cómo trascendemos la pena, los problemas y los miedos que sobrevienen sin aviso a todos y cada uno de nosotros?
El psiquiatra Viktor Frankl lo decía en su famoso libro, El Hombre en busca de Sentido. Fue un superviviente de los campos de concentración que quedó viudo, huérfano y sólo en el mundo, y que se esforzó por vivir únicamente porque tenía un propósito. Al principio, este era regresar junto a su familia, pero cuando supo que todos habían perecido, lo transformó en escribir su libro y dejar plasmado el conocimiento que había adquirido al conocer los horrores más inimagibles.
Durante los años que malvivió en estos “mini infiernos” observó cómo aquellas personas que tenían un motivo por salir de allí, fuera el que fuese, conseguían superar con mayores probabilidades los dolores más duros. En cambio, quienes habían perdido toda esperanza e ilusión, se dejaban llevar, arrastrados por la muerte.
«No hay nada en el mundo que capacite tanto a una persona para sobreponerse a las dificultades externas y a las limitaciones internas, como la consciencia de tener una tarea en la vida.»
Algunas personas consiguen salir reforzadas de los horrores que se ven obligadas a vivir, aunque no tengan en principio muy claro su “para qué”. Y para mí, otro ejemplo que demuestra esta transformación es una de las mujeres que más admiración e inspiración me despiertan, Audrey Hepburn.
Con todo lo que está pasando, volver a hacer un repaso de su vida, de lo que sufrió y lo que ganó, pienso que puede ser un ejercicio positivo para animarnos el espíritu.
Una mujer que vivió una Guerra, que perdió a su padre (no por la guerra, si no por un abandono totalmente voluntario); que triunfó en Hollywood cuando lo que deseaba era hacerlo sobre los escenarios de ballet; que amó, dejó de amar y volvió a amar de nuevo; que aceptó su timidez como parte de sí misma y alguien que tuvo la valentía de dejar una vida glamurosa que no la hacía feliz para volcarse en otra “menos exitosa”, que la embriagaba de dicha.
Audrey no sólo es elegancia, estilo y gracia. Para mí tiene una magia especial, un encanto que viaja con su mirada a través de la pantalla, impactando sin darte cuenta en lo más profundo de tu corazón. Su fragilidad y su fortaleza en cada papel, me conmueven.
Desde niña he querido verme reflejada en ella. Quizá porque mi padre la adoraba y veíamos sus películas juntos, una y otra vez. O a lo mejor, porque de verdad me conmovía su forma de ser y expresarse e intuía que podía aprender mucho de ella.
Tienes en mi blog, la primera parte de su historia, para que puedas inspirarte y deleitarte con sus propias frases y su chispa.
Que manera mas ideal de empezar el día leyendo tu articulo. Que maravilla . He disfrutado muchisimo. Muchas gracias por escribir :)