Llevo unos meses con la cabeza inmersa en un estado de caos continuo.
¿Sabes eso de empezar a hacer una tarea pero pasa algo y te pones con otra, pero entonces pasa otro algo y arrancas otra? Algo así, de manera continua.
En realidad es una sensación que arrastro desde hace años, pero se ha incrementado con la maternidad.
💭 Tareas pendientes en casa, aspectos que tenemos que conocer y decidir sobre el cuidado del bebé —resulta que no los aprendes mágicamente al dar a luz, has de decirles tiempo, foco y energía—, quehaceres para mi proyecto profesional, las prácticas que estoy haciendo, el trabajo de fin de máster, leer las noticias, preparar clases que voy a impartir, libros pendientes, esta newsletter y las mil que leo, revisar los e-mails, chequear Instagram, las pastillas, vacunas y paseos de la perra, la falta de sueño profundo, el ejercicio o su falta, la rutina del día a día, temas familiares, elecciones del pasado que a veces vuelven a secuestrar mi mente, pensamientos sobre un futuro inquietante que me atrapan…, me hacen sentir que tengo la cabeza a punto de estallar 🤯
Mafalda quería que el mundo se parase para bajarse; yo aprovecharía ese parón para dar carpetazo a algunos proyectos dejados a medias.
“¡Paren el mundo, que quiero dedicar mi tiempo y energía a hacer realidad mis ideas!”
Me imagino que te pasará algo parecido porque vivimos en un mundo hiper-ultra-saturado (recibimos entre 3.000 y 5.000 estímulos publicitarios a diario, ¡súmale los no publicitarios!), en el que la exigencia (hacia uno mismo y hacia los demás) está a la orden del día.
Y está claro que vivir en un estado mental caótico ad infinitum no es lo más recomendable porque, o bien explotas (psíquica o anímicamente), o bien todo lo que empieces lo harás con una calidad muy cuestionable. No se puede todo, a la vez y en condiciones perfectas. Ni siquiera las personas multipotenciales (palabreja que se está poniendo de moda).
Pero claro, a pesar de nuestras peticiones, el mundo no se detendrá (y si lo hace, “mala barraca”).
La solución se encuentra en elegir cómo queremos vivir y en qué nos vamos a centrar.
Han Kang, ganadora del Novel de Literatura de este año (y primera mujer asiática en conseguirlo) no hará ninguna aparición mediática ni celebrará con actos festivos el premio “mientras haya guerras en el mundo”.
“Me tomaré un té con mi hijo. Lo celebraré de forma tranquila. La Academia no me ha dado este premio para que lo disfrutemos sino para que mantengamos la mente más clara”.
Hola, ¿qué tal? Estás en Historias Bonitas, mi libreta personal de aprendizajes e historias que inspiran ilusión y confianza.
🧠✨ La importancia de mantener la mente clara.
Tener la mente encapotada con pensamientos infructuosos e información mal gestionada nos distrae y nos vuelve incapaces de cumplir nuestros propios deseos e ilusiones.
El riesgo de seguir así es el de pasarnos la vida persiguiendo objetivos que no nos importan…
Custodiar nuestra mente puede ayudarnos a mantener el foco en lo que sí es importante para cada uno de nosotros. Y ese es el secreto de las grandes mentes.
✨ Marie Curie no descubrió el polonio y el radio pensando en mil temas. Dedicó años de trabajo a esa mismo cuestión, aun a pesar de las críticas que recibía por parte de sus colegas.
✨ Tu Youyou es una científica china que dedicó décadas a la investigación de la medicina tradicional china en busca de una cura para la malaria, hasta que lo consiguió.
✨ Charles Darwin dedicó más de 20 años a la investigación antes de publicar El origen de las especies.
✨ Ese fue el mismo tiempo que dedicó Isaac Newton a investigar y teorizar antes de publicar la obra que revolucionaría la ciencia (Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica).
✨ Thomas Edison experimentó miles de fracasos antes de lograr una versión de la bombilla que fuera funcional.
✨ Jane Goodall dedicó más de 60 años a observar a los primates antes de revolucionar la comprensión sobre la inteligencia y el comportamiento animal.
✨ La bióloga australiana Elizabeth Blackburn consagró más de 20 años a investigar los telómeros (las estructuras que protegen los extremos de los cromosomas), y la enzima telomerasa, que los repara. Descubrimientos fundamentales para el envejecimiento celular y el cáncer.
✨ Andrea Ghez, astrónoma y astrofísica estadounidense, destinó más de 25 años al estudio del centro de la Vía Láctea, recabando pruebas que demostraran la existencia de un agujero negro masivo justo en el centro.
✨ La consciencia de lo Real
Para ayudarte a reflexionar, te comparto uno de los cuentos clásicos de la India, recopilado por el gran Ramiro Calle:
Un hombre se perdió en el desierto. Estaba a punto de perecer de sed cuando aparecieron algunas mujeres que venían en una caravana. El hombre, al borde de la muerte, giró pidiendo auxilio. Cuando las mujeres se aproximaron a él y lo rodearon, pidió urgentemente agua. Las mujeres empezaron a preguntarse cómo querría el hombre que le sirvieran el agua. ¿Preferiría en copa de cristal o en una taza?, ¿en un recipiente de oro o de plata?, ¿tal vez en una jarra? Ellas hablaban y hablaban, interesándose por el objeto, pero, entretanto, el hombre iba agonizando por la ausencia de agua.
El maestro dice: Hay un área de ignorancia en la mente humana que la inclina a lo irrelevante y trivial, obnubilando la consciencia de lo Real.
✨ Un libro sobre productividad
Si te sientes saturado y no sabes cómo ser más productivo, te recomiendo este libro.
¿Cómo medir la productividad en trabajos dedicados al conocimiento? ¿Es más productivo una persona que escribe 20 libros ”normales” al año o el que escribe uno en 20 años que cambia el paradigma literario? ¿Hay que aprender a decir que no o que “en otro momento”? Estos y otros aspectos son los que aborda Cal Newport en su libro Slow productivity.
Mi mejor amiga me obligó a leérmelo y estoy muy agradecida. Aplicando sus preceptos esta newsletter ha pasado a ser quincenal en lugar de semanal.
Que tengas una bella y enfocada semana ;)